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El Fin de la Agitación



"Cuando se disuelve por completo la agitación... entonces, el Estado Supremo ocurre." ||

 

(Spandakārikā-s I, 9)



La persona ordinaria (es decir, una persona promedio sin ningún entrenamiento espiritual y todo eso) está siempre deseando hacer acciones a causa de su agitación. Por ejemplo: piensa sobre un cierto problema y luego trata de solucionarlo, o desea a una mujer u hombre y luego trata de obtener placer con ella/él, o necesita más dinero y sale a conseguirlo, etc. Bien, su agitación mental lo lleva a hacer todas esas cosas. A veces tiene éxito en satisfacer sus deseos, y otras veces no. Cuando tiene éxito, se siente feliz por un tiempo, y cuando no tiene éxito, se siente deprimido, triste, etc. 


¡Un aspirante espiritual muy avanzado no se comporta como él en absoluto! Puesto que está bien entrenado y tiene conocimiento apropiado sobre la naturaleza de la Realidad, lo primero que hará cuando su mente se mueva de esa manera (p. ej. cuando esté preocupado acerca de un problema, deseando placer, o necesitando dinero, etc.) es lo siguiente: "Una inspección de su propio Ser".


Su comportamiento es difícil de describir, pero aquí vamos: Comprende que la solución a sus problemas, que la fuente de su placer, dinero, etc. NO es algo externo, sino su propio "Yo". Entonces, no se moverá inmediatamente como lo hace una persona ordinaria, sino, que intentará permanecer en su propio Ser a toda costa. Inspeccionará su propia naturaleza esencial hasta que pueda sentir Su Unmeṣa, a saber, hasta que el Señor emerja en la forma de su propio Ser.


Si no te gusta la palabra "Señor" o "Dios", sólo llámalo "Eso" -de modo impersonal-. Más allá de los nombres, la Realidad es sólo la Realidad. Y semejante Yogī conoce la "manera" de esta Realidad. Sabe que a la Realidad le gusta emerger espontáneamente y otorgar Gracia divina a gente que lo merezca. 


Debido a los méritos acumulados, también sabe que es apto para recibir esa Gracia plenamente, tarde o temprano. Así, no le presta atención a su agitación interior (tales como problemas, deseo de placer, dinero, etc.) y utiliza todo ese impulso para inspeccionar a Eso (al "Yo Real”). Sabe que, como individuo limitado, no puede dirigir el acicate de su deseo o voluntad, pero si tiene éxito en ponerse en contacto con su propio Ser o "Yo", se vuelve igual a Eso. Cuando es exitoso en tal inspección, Eso surge y le da Liberación Final, es decir, se da cuenta de su divino "Yo".


Este ‘darse cuenta’ dura inicialmente un ratito. Luego, durará más y más, hasta que el Yogī se estabilice totalmente en tal percepción. Cuando incluso su estado ordinario de conciencia tenga el mismo sabor que su Samādhi o perfecta absorción en el Ser, o sea, cuando pueda experimentar Eso en todo momento, se dice que ha alcanzado la meta de la vida (su Divino Yo). Ningún bhava o existencia transmigratoria -desde un pensamiento hacia el otro, desde un cuerpo hacia el otro, etc.- es posible después de esto. Las mentiras producen "agitación".


Como el falso "yo" no es "real" en el sentido de que no es tu propio "Yo" real, sino una invención que consiste en una falsa identificación con cuerpo, mente, etc., es, en realidad, una "mentira". Como resultado de su presencia -de la presencia del falso yo-, ocurre una agitación.


Ahora, diré algo que podría sonar loco: El propósito final de la agitación es darte cuenta de tu propio Ser y no "solucionar problemas, conseguir placer, dinero, etc.". Si uno está debidamente entrenado e instruido, usará su agitación para lograr la Liberación Final y no para solucionar problemas, obtener placer, dinero, etc., porque esto último producirá inclusive más agitación. Así, ésta es la marca de un gran Yogī: él corta la cadena de la ignorancia inspeccionando directamente su naturaleza como el Perceptor o Conocedor (su propio Ser o "Yo Real”) cuando sucede la agitación. No corre tras problemas, gente, dinero, etc., sino, que permanece en su "Yo Real” o principio del Spanda. Por lo tanto, mientras esté todavía el aliento en este cuerpo físico, uno debería esforzarse en ser como tal Yogī.


¡Qué Dios sea alabado siempre!



Guru Gabriel Pradīpaka


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